La pelota se desprende de su mano como nunca tensa y en su viaje hacia el cielo detiene el tiempo y enmudece al público que está al borde de la explosión. Piensa. Se concentra. Sabe que no le alcanza con el 5-2, 40-15 en ese quinto parcial. Sin un punto más, la historia puede volver a cambiar como lo hizo en el tercer y en el cuarto set. No puede volver a trastabillar. Es hora. Impacta la pelota, el saque es bueno. Djokovic la golpea con fiereza entregando su alma en el movimiento, apostando toda su fortuna a esa decisión. Pero la devolución es larga. Es mala. Completamente mimetizado con el partido, Murray cierra el puño, celebra el punto como uno más. Ese punto que le entregó su primer Grand Slam no es registrado por su imperturbable y absorta cabeza. El hechizo finalmente se rompe con los clamores de un público íntimamente vinculado con una de las finales más espectaculares que se hayan visto. El nuevo campeón abre los ojos y mira a su banco, se toma la cara y se le aflojan las piernas. Todo termina. Luego de 4 finales de grand slams frustradas Andy Murray se consagró en el Abierto de Estados Unidos tras vencer al serbio Novak Djokovic. El 7-6 7-5 2-6 3-6 y 6-2 final estuvo a sólo tres minutos de ser la final más larga del torneo, galardón que aún sostiene la disputada en 1987 por Mats Wilander y el actual entrenador de Murray, Ivan Lendl, que fue quien se quedó con el título en aquella oportunidad. No sólo unidos por la relación entrenador-entrenado, ambos tenistas lograron su primer torneo grande en la quinta final, aunque Lendl lo consiguiera en Roland Garros. El checo fue número1 largos períodos y finalizó su palmarés con 8 slams, ¿podrá el discípulo alcanzar y por qué no superar a su maestro?
El escocés, ahora 3 del ránking, pudo, después de no pocos esfuerzos, coronar su talento con uno de los cuatro grandes torneos del tenis mundial. Reconocido por los especialistas como poseedor de una de las manos más sofisticadas del circuito, adeudaba para consolidar su condición de estrella un premio de tamaña dimensión. Premio que de algún modo había sido anunciado pocas semanas atrás, cuando alcanzó la final de Wimbledon, que fue para el nº1, Roger Federer, y cuando pocos días después se quedó con el oro olímpico en su tierra. No suficiente con esto, la nueva coronación significa a Gran Bretaña un campeón de Grand Slam después de que Fred Perry lo hiciera en 1936, también en Nueva York. Será sin duda será uno de los escoceses mas querido en Inglaterra en estos tiempos. Djokovic por su parte, no pudo sostener el título que obtuviera en 2011 frente a Rafa Nadal y continúa en el puesto nº2 detrás del eterno suizo. Años largos de hegemonía Federer-Nadal fueron quebrados por Djokovic el último año, (ganó Australia, Wimbledon y Estados Unidos) y quedan oficialmente desafiados ahora también por Andy Murray. De esta manera, este 2012 regaló 4 campeones diferentes para los 4 grandes. Se repatieron uno cada uno entre los mejores del ránking.
Seguramente en octubre, las grandes figuras volverán a competir en los Masters 1000 de Shangai y Paris aunque el próximo fin de semana las semifinales de la Copa Davis ocuparán las agendas del tenis. Los duelos Argentina-Rep.Checa y España-Estados Unidos sentenciarán a los finalistas.
Rafael Nadal anunció a través de su cuenta de facebook, que no participará del Us Open. El español que alcanzó la final el último año y cayó frente a Djokovic por 6-2, 6-4, 6-7(3) y 6-1, no podrá defender los puntos debido a una tendinitis en su rodilla y quedará por fuera de la lucha por el número 1 en el tramo final del año. El mannacorí no volvió a jugar después de su derrota en la segunda vuelta de Wimbledon y ya se perdió los Juegos Olímpicos, donde hubiera sido el abanderado de España y los Masters 1000 de Toronto y Cincinnati.
Otro torneo sin el 3º
"Lamentandolo
mucho, tengo que anunciar que aún no me encuentro en condiciones de
competir teniendo que renunciar a jugar el Open de los Estados Unidos en
NY este año. Es una lastima porque siempre me encontre con un publico
entregado y apoyando, pero tengo que seguir mi recuperación y
preparación para estar en condiciones de competir con garantias. Un
saludo a todos los fans y en particular a los neoyorquinos. Os echaré de
menos este año."Claras, las palabras de Nadal sentencian que sus fanáticos se quedarán con las ganas de verlo jugar en Flushing Meadows por lo menos en esta edición.
Novak Djokovic se consagró ayer en el Masters 1000 de Toronto tras derrotar al francés Richard Gasquet por un cómodo 6-3 6-2.
Casi inadvertida, camuflada por la fiebre del cierre de los Juegos Olímpicos, la Rogers Cup inauguró la temporada norteamericana de cemento y al igual que el último año, quedó en manos del serbio que está cada vez más cerca de su objetivo: Roger Federer. Sin el suizo, ni Nadal, ni Ferrer, con Murray retirado en tercera ronda por un dolor en la rodilla y un Juan Martín Del Potro extenuado tras su participación en Londres, el camino parecía llano para Djokovic que exhibió nuevamente su magnífica capacidad de recuperación. Y así fue. Sólo cedió un set contra el rejuvenecido Tommy Haas en cuartos de final, para luego llevarse su segundo Masters 1000 en el año y el número 12 en su carrera sin mayores sobresaltos. El talentoso Gasquet, por su parte, escaló 8 puestos hasta alcanzar la 13º posición y volvió a disputar un partido decisivo en este nivel de torneos después de que lo hiciera también en Toronto en el año 2006 cuando cayó frente a Federer.
Con la mira en Roger
Ya comenzado Cincinnati, Djokovic, que defiende la final que perdió por retiro en 2011 contra Andy Murray, sólo se encuentra a 75 puntos del número 1 que alcanzó los cuartos de final. Mínimos errores podrán determinar importantes sismos en lo más alto del ránking. Con un draw más intenso, las grandes figuras viajaron al Este de Estados Unidos para presenciar otro capítulo en la batalla por el trono del tenis. Nuevamente, Rafael Nadal decidió bajarse porque aún no se encuentra recuperado de su lesión en la rodilla y se supone que estará listo para afrontar el Us Open que comenzará el 27 de este mismo mes, y en el que intentará conservar el puntaje obtenido del año anterior (perdió en la final frente a Djokovic) para sostener su lugar en la clasficación.
Juan Martín Del Potro venció a Novak Djokovic por 6-4 7-5 y consiguió el tercer puesto en los Juegos Olímpicos y la primera medalla para la delegación argentina.
Con emoción, el ahora número 8 del mundo, héroe en Londres, logró subirse al podio después de la dura derrota que había sufrido frente a Federer en semifinales (ver Gladiador de Tandil) y convertirse en el primer singlista masculino de Argentina que logra una medalla en la historia. Sólo Gabriela Sabatini, plata en Seúl 1988, junto con las parejas de Paola Suárez y Patricia Tarabini, bronce en Atenas 2004 y Javier Frana y Christian Miniussi, bronce en Barcelona 1992, habían logrado preseas para el tenis olímpico argentino. Durante el partido, el tandilense demostró que está para pelear punto a punto con los mejores del mundo. A pesar del gran desgaste que había sufrido en el partido frente a Federer y en el posterior duelo en el dobles mixto, pudo dominar con soltura y en sets corridos al superlativo Djokovic quien no pudo igualar su performance de Beijing donde había alcanzado el bronce.
Salto a la historia
En otro resultado histórico, Andy Murray pudo tomarse revancha de lo sucedido en la final de Wimbledon y, ante su público, derrotó a Roger Federer por 6-2 6-1 6-4 siendo el primer británico en ganar el oro desde que Josiah Ritchie lo hiciera en los Juegos de 1908, casualmente también disputados en Londres. Horas después, el escocés peleó en la final de dobles mixto junto a su compañera Laura Robson por otro primer puesto, pero la pareja bielorrusa de Max Mirnyi y Victoria Azarenka fue la ganadora por 10-8 en el súper tie-break. Cierre magnífico de la temporada de césped ha tenido un Murray que acecha cada vez más de cerca el tercer puesto del ránking mundial que hoy ostenta el español Rafa Nadal. Por su parte, Roger Federer pudo alcanzar su primera medalla individual en tres ediciones olímpicas con el segundo puesto logrado. Aunque es difícil pensar que alcance con aspiraciones los juegos de Río de Janeiro en el 2016, es aventurado arriesgar que ya el número 1 del mundo no tendrá el oro por más remoto que parezca. No menos cierto es que probablemente sea el trofeo más complicado de los pocos que le falta llevar a su inagotable vitrina personal. Tras la finalización del campeonato olímpico, sin reposo, como exige el circuito, inmediatamente comienza la gira previa al Us Open. El masters 1000 de Toronto abrirá la carrera, aunque sin Federer quien prefirió descansar, ni Rafa Nadal que aún se recupera de la tendinitis en su rodilla. El ránking, cada vez más ajustado, podría definirse en el cuarto grand slam del año que promete ser infartante.
Muchos recordarán este día como el día en que Juan Martín Del Potro fracasó ante Roger Federer y no pudo acceder a la final después de una batalla estéril. Otros, como el día en que el argentino demostró todo su amor propio cuando minutos después de que terminara exhausto física y mentalmente su partido frente al 1 del mundo, encaró con entereza el doble mixto junto a Gisela Dulko. Es cierto, algunos sólo recordarán que también perdió ese partido. No se olvidarán tampoco las épicas 4 horas y 26 minutos de la semifinal que batieron el reciente récord de duración en el tenis olímpico que habían impuesto Tsonga y Raonic una ronda atrás. Muchos otros recordarán este día como el día en que Del Potro triunfó y conquistó los corazones argentinos, sudando, sufriendo, llorando, peleando por los colores de su bandera. Quizás no sea este el lugar para plantear opiniones y abrir discusiones que difícilmente cambien el rumbo de las cosas, en definitiva cada uno elegirá qué historia llevarse consigo. Lo que es seguro es que este día no será olvidado por los fanáticos del tenis y de Argentina. 3-6 7-6 19-17 fue el resultado con el que Federer alcanzó la final. Andy Murray, que pudo superar a Novak Djokovic por 7-5 7-5 será su oponente, repitiendo la final de Wimbledon del pasado 8 de julio. Por su parte, el argentino y el serbio se jugarán la ultima oportunidad en el partido por el tercer puesto y el bronce olímpico. El ahora gladiador de Tandil intentará obtener una medalla para el tenis nacional y ser (aún más) héroe en Londres.
La ilusión del doble mixto se terminó en manos de la dupla estadounidense compuesta por Lisa Raymond y Mike Bryan quienes se quedaron con el pase a las semifinales por 6-2 7-5. De un partido a otro saltó un histórico Delpo al que las cuatro horas sumadas al amargo sabor del final de su partido de single no pudieron frenar, más allá de que le significaron una ineludible y muy pesada carga para superar el exigente encuentro junto a Dulko.
Juan Mónaco cayó frente al español Feliciano López por 6-4 y 6-4 en la segunda ronda del torneo olímpico. En una actuación deslucida del tenis argentino, Nalbandian, en singles y en dobles junto con Schwank, Berlocq, Dulko y Suarez ya habían sido eliminados prematuramente y hoy fue el turno de Mónaco, número 10 del ránking mundial. A pesar de la excelente presentación que el tandilense había realizado en el estreno de su top ten, en la primera vuelta frente al belga Goffin, la volea y el juego ofensivo de Feliciano fueron demasiado. Pico tuvo sus chances en el primer set, en el que llegó a dominar por 4 a 1, sin embargo el español hilvanó 5 games consecutivos y se adjudicó el primer parcial. Un sólo quiebre bastó para repetir el marcador en la segunda manga. Las esperanzas del tenis argentino descansan ahora sobre Juan Martín Del Potro que enfrentará mañana a Gilles Simon por los octavos de final y que intentará, junto a Gisela Dulko, alcanzar una medalla en el dobles mixto. Por otra parte, sin sorpresas, Roger Federer aplastó a Julien Benneteau por doble 6-2 y levantó su nivel respecto al partido anterior frente al colombiano Falla. Su principal perseguidor por la cima del ránking, Novak Djokovic, hizo lo propio eliminando al estadounidense Andy Roddick por 6-2 y 6-1 en una actuación excepcional que ilusiona de cara a los partidos finales. El local Andy Murray avanza también a paso firme y está en los octavos luego de vencer al finlandés Jarkko Nieminem por 6-2 y 6-4 y Jo-Wilfried Tsonga tras 3 horas y 56 minutos pudo superar a Milos Raonic por 25-23 en un tercer set que fue "a penales", saque por saque, en el que finalmente el francés logró quebrar al canadiense.
Roger Federer se consagró campeón en Wimbledon al vencer por 4-6 7-5 6-3 6-4 al escocés Andy Murray y recuperó el número 1 del ránking.
17 grand slams. 7 veces ganador en Wimbledon. 286 semanas como número 1. No parece haber barrera que pueda detener el perfecto andar del suizo, del Sr.Tenis. Los récords se acumulan debajo de la raqueta de Federer que la próxima semana será el tenista que más tiempo haya sido número 1, superando finalmente a su ídolo Pete Sampras. Ha llegado a la sideral suma de 244 partidos ganados en los torneos grandes y el número amenaza con seguir agigantándose. Por otra parte, sólo 10 jugadores mayores de 30 años lograron consagrarse en alguno de los cuatro durante la era abierta y con casi 31, Roger se ha sumado también a ese club de élite. Se ha convertido en el séptimo jugador en ganar 7 veces el mismo grand slam después de Sampras y William Renshaw, (Wimbledon) Richard Sears, Bill Larned y Bill Tilden, (US Open) y Rafael Nadal (Roland Garros) pero sólo él y el español podrán seguir luchando por engrosar sus vitrinas. Será tiempo, al final de la era Federer, de cerrar cada uno de estos impensados números y de reescribir, casi a nuevo, todos los récords del tenis. Afortunadamente, la pila del perfecto reloj parece no agotarse jamás.
Gran torneo para Andy también
La final, coloreada por la presencia de Murray que significó que un británico alcanzara el partido desicivo después de que Bunny Austin lo hiciera en 1938, no fue quizás tan espectacular como se esperaba, pero la emoción y la tensión se hicieron presentes en el court central. Con un público particularmente comprometido, el escocés comenzó mejor que Federer y pudo alzarse con el primer set por 6-4, pero en la segunda manga desperdició varias ocasiones para quedarse con el servicio de su rival y eso le pesó el resto del partido. Una vez que Federer pudo, con dos voleas magníficas, adjudicarse ese segundo set, el partido ya no tuvo vuelta atrás para Murray. Un nuevo panorama se abre frente a los ojos del mundo del tenis de cara a los Juegos Olímpicos. Con un renovado ránking, más ajustado que la semana anterior, los Juegos pueden significar nuevos sismos en la cúspide. De vuelta el césped de Wimbledon recibirá a los tenistas pero esta vez los partidos serán a 3 sets y los colores de cada país invadirán la prolijidad y la tradición del All England Lawn Tennis & Cricket Club. El gran Roger, que persigue la aún esquiva medalla dorada, se perfila como gran favorito si repite la actuación de las semanas anteriores. Andy Murray y Novak Djokovic, ambos víctimas del suizo en la final y en la semi final de Wimbledon respectivamente, llegan también en un alto nivel y con posibilidades de vencer. La incógnita es Rafa Nadal que no pudo asentarse al pasto en lo que va de la temporada verde, pero que ha ganado el oro en Beijing y que ha sabido resurgir y dar batalla hasta en sus peores momentos.
Gastón
Gaudio es un
ex tenista argentino recordado por su memorable triunfo en la edición
2004 de
Roland Garros como así también por sus curiosos episodios de crisis
durante varios partidos a
lo largo de su carrera. Es uno de los tres singlistas masculinos de la
historia del país que ganó un Grand Slam, junto con Guillermo Vilas y
Juan Martín Del
Potro. Alcanzó la posición número 5 del ranking en abril de 2005 y se
mantuvo
entre los primeros 10 entre los años 2004 y 2006. Fanático del Club
Atlético
Independiente de Avellaneda, el Gato tuvo una relación de
amor-odio con el público argentino.
Insultado en el mismísimo Lawn Tenis Club de Buenos Aires en el año 2007
debido
a una pésima presentación condimentada con varios arranques de locura,
se
encuentra hoy más querido y admirado. De todos modos, sus seguidores
actuales, acostumbrados a sus usuales y simpáticas entrevistas,
parecen vincularse más con el Gaudio personaje que con el gran tenista
que fue.
Talentoso como pocos
en el circuito, comenzó su recorrido profesional en el año 96 y lo terminó
oficialmente en agosto de 2011, con 8 títulos ATP conquistados, incluido el
preciado Roland Garros. Imposible olvidar aquél torneo, previo a la hegemonía
del español Nadal, que definió ante Guillermo Coria. Una picante final
argentina que traía viejos capítulos de enfrentamientos dentro y fuera de la
cancha y que presentaba a un Coria completamente favorito, siendo en ese
momento el mayor especialista en polvo de ladrillo. Sin duda, esa tarde terminó
marcando la historia de estos dos jugadores para siempre. Comenzó como se
esperaba, un Coria implacable que borró a Gaudio de la Philippe Chatrier
con un contundente 6-0 inicial. El segundo set no varió mucho la escena. El Mago se quedó con el parcial por 6-3. Parecía estar todo terminado, pero
sorpresivamente el tercer set fue 6-4 para Gaudio, más alegre y relajado.
Algunos minutos después aparecieron los calambres en las piernas de Coria, y el
dramatismo y la tensión invadieron el court. El cuarto set fue 6-1 a favor del Gato que
parecía más cerca de la victoria; su rival difícilmente podía moverse y la
diferencia crecía. El quinto set fue una de las mejores películas de la
historia del deporte argentino. Culminó 8-6 para Gaudio, que cerró el torneo
con su famoso revés a una sola mano. Después de este increíble partido, Coria
nunca pudo rearmarse de la misma manera aunque tuvo un buen 2005 y la aparición
de Rafael Nadal terminó de sentenciar cualquier aspiración de los especialistas
en tierra naranja.
En otro vértice, la relación con la
Copa Davis no fue la mejor para Gastón. Después
de participar en los Juegos Olímpicos de Sidney 2000, con una olvidable
actuación que culminó ni bien empezó en la primera ronda, a manos del
bielorruso Vladímir Volchkov por 7-6 4-6
6-1, el argentino pasó un momento difícil en la Copa ambición del tenis argentino en el año 2003.
En España, Agustín Calleri venció al mejor Juan Carlos Ferrero y dejó la serie 2 a 2 con la chance de acceder
a la final. Pero Carlos Moyá lo venció categóricamente y abrió al camino a
críticas impiadosas. Ya en 2004, en su pico máximo de rendimiento, no pudo
representar al país en Atenas por una lesión en su talón, dejando en la columna
de sus deudas una buena actuación compitiendo para Argentina.
Más
allá de títulos, torneos, partidos, copas
y de su talento, lo que diferencia al argentino del resto de los tenistas
de
elite es su cabeza. Grandes de la historia como Agassi, Nadal, Federer y
especialistas externos han remarcado desde siempre la importancia de la
fuerza
mental. El poder sostener la concentración y mantenerse como en una
burbuja, lo
más aislado del contexto, determina quienes serán grandes campeones y
quienes
serán solo grandes jugadores. Es un lugar común frecuentemente utilizado
en el ambiente aquel que descubre que la verdadera distancia entre
el 1 y el 100 del mundo no está en los golpes, sino en la cabeza.
Mientras la
psicóloga deportiva Laura Jiménez, asistente en la UBA, toma su segunda
taza de café, explica
las dificultades de enfrentarse a un deporte individual tan carnívoro,
torneo a
torneo. “El hecho de estar sólo y absorber tanta presión permanentemente
puede
ser incluso más violento que el boxeo” asegura. “El jugador de tenis
debe
negar, ocultar lo más que pueda toda sensación externa al siguiente
punto, todo
aquello que pueda dificultarle el normal desarrollo de su juego” explica
acertadamente la especialista. El libro de Nadal y John Carlin, Rafa-Mi historia, es un claro respaldo a
estas aseveraciones. El español cuenta en él que desde pequeño entrena con su
tío Tony la capacidad de resistir y de soportar las adversidades, dolores o
sentimientos ya sean positivos o negativos. En el court el jugador debe ser una
máquina y evitar la invasión de cualquier distracción a su concentrada mente.
En este sentido, Gaudio siempre se mostró algo más frágil que el resto de los
tenistas de primer nivel. “Es indudable su talento, pero quizás su cabeza no
era la ideal para soportar este deporte. Se entrevé en sus entrevistas una
clara falta de confianza y una baja autoestima que probablemente producían en
él esa sensación de sufrimiento cada vez que fallaba una pelota” analiza la
licenciada. Por otra parte, se observa cómo los sentimientos fluían en su
cabeza envolviéndolo en el contexto y muchas veces perjudicando su situación: “Cuando
relata el partido con Coria, es común escucharle que después del primer set
empezó a pensar en que no quería que su final fuera la más vergonzosa de la
historia. Luego, suele decir que ya había vivido algo así y que no creía en las
lesiones de su rival o también cuando asegura que tenía decidido qué hacer en un
caso de match point. Es clara la permeabilidad de su resistencia a los
pensamientos externos al juego. En un circuito de caballeros de armaduras de
metal, Gaudio sobrevivió con una armadura de cartón”. Sin duda, con el talento
como arma principal el “Gato” escribió parte la historia grande del tenis
latinoamericano. Hoy puede vérselo participando en algunos capítulos de la tira
Graduados incursionando en la
actuación quizás fomentando el lado creativo o blando de su mente que el tenis
tanto le golpeó.
La final de Wimbledon 2008 fue el partido más espectacular de la historia para muchas personalidades relacionados al tenis, como por ejemplo el mediático John McEnroe. Era la tercera vez consecutiva que Roger Federer y Rafael Nadal se enfrentaban en el duelo decisivo en Londres. Las dos anteriores habían sido para el suizo pero esa vez fue el español quien se quedó con el título y la gloria por 6-4 6-4 6-7 6-7 y 9-7.
El video muestra el tiebreak del cuarto set. Simplemente fantástico. Con varios cambios de dirección y golpes mitológicos, se eleva al estado de imborrable para aquellos que pudieron disfrutar de él.
El siguiente fragmento es extraído del libro "Rafa, Mi historia", escrito por Nadal junto con el periodista John Carlin. Cuenta con lujo de detalle cada momento de ese tiebreak, cada sensación, cada pensamiento que se cruzó por la cabeza del español. Una invitación a navegar por una de las mentes más fuertes del circuito:
"Desde el punto de vista de la calidad de juego, el cuarto set fue quizás el mejor que disputamos en aquella final. Los dos estábamos al cien por cien, terminábamos los largos peloteos con un golpe ganador tras otro y cometíamos pocos errores. Yo siempre iba un juego por delante porque saqué el primero, de modo que cuando le tocaba servicio a Federer se limitaba a no rezagarse, algo que consiguió todas las veces. Que nadie diga nunca que Federer no es un luchador.
El set culminó con un tiebreak y yo saqué primero. El público que abarrotaba la Centre Court había perdido la compostura y una mitad gritaba «¡Roger! ¡Roger!» y la otra, «¡Rafa! ¡Rafa!» En el primer punto subí a la red por una vez y de inmediato sufrí las consecuencias, y recordé por qué lo hacía sólo esporádicamente. Federer me superó con comodidad con un golpe hacia mi derecha. Mal comienzo. Pero entonces tuve una racha asombrosa. Confiado, dueño de mi juego, gané los dos puntos de su servicio. Luego le di un poco de su propia medicina, le clavé un ace y, a continuación, otro primer servicio que no pudo restar. Ganaba yo 4-1.(...)
Le tocaba ahora servir a él y yo estaba más relajado de lo que sabía que estaría en el siguiente servicio, porque se lo había roto dos veces e iba por delante. (...) Me decía: «Cíñete al plan de juego, lánzale liftados (top) altos a su revés.» Pero en el siguiente punto eludió el revés y me lo ganó con un electrizante derechazo paralelo.
Cambiamos de lado cuando yo iba ganando 4-2. (...) El siguiente peloteo fue largo, quince disparos, los dos jugando con cautela, yo conteniendo el impulso, que habría sido suicida, de terminar de una vez con una derecha ganadora, y el punto terminó cuando Federer se puso nervioso antes que yo y un revés se le fue. Me permití un pequeño momento de celebración: un discreto puño al aire, controlado, a cámara lenta. Nada exuberante, nada que la multitud de la Centre Court pudiera ver, pero por dentro —no podía evitarlo— me sentía cerca, muy cerca de conseguirlo. Cuando saqué, ganando 5-2, tenía la impresión de tener el sueño de mi vida al alcance de la mano. Fue mi perdición.
Hasta entonces la adrenalina había vencido a los nervios; pero, de pronto, éstos estallaron. Me sentí al borde de un precipicio. Mientras botaba la bola antes de mi primer servicio, pensé: «¿Dónde se la coloco?» No debería haberlo meditado tanto. Debería haber sacado con un golpe abierto hacia su revés, como había estado haciendo todo el rato. Pero apunté recto, le di fuerte y la pelota botó fuera. Estaba ya muy nervioso. Había entrado en un territorio desconocido. Mientras lanzaba la bola al aire, me dije: «Peligro de doble falta: no la fastidies.» Pero sabía que iba a hacerlo. Estaba realmente tenso. Y, efectivamente, envié el segundo saque a la red, como un tonto. Los nervios me devoraban, pero la causa no era el miedo a perder; era el miedo a ganar.(...)
¿Qué significaba el miedo a ganar? Significa que, aunque sabes qué golpe tienes que jugar, las piernas y la cabeza no te responden. Los nervios se apoderan de ellas y no puedes esperar; no puedes aguantar. No era miedo a perder porque en ningún momento del partido pensé que no fuera a ser capaz de vencer. En ningún momento perdí la fe.
Pero mientras me disponía a sacar otra vez, con el marcador 5-3, la convicción desapareció. Perdí el valor. Porque, en vez de seguir jugando, en vez de borrar de mi cabeza el contratiempo de la doble falta, dejé que influyera en el siguiente saque. (...) fue un saque flojo, un cauteloso segundo servicio disfrazado de primero, un saque cobarde. Sí, ése es el calificativo exacto. Fue un momento de cobardía, que permitió a Federer pasar al ataque en el acto. Restó con un golpe en profundidad, se lo devolví corto, me envió otro golpe en profundidad y entonces fallé —un error garrafal—: Le di mal a la bola y mi revés se estrelló contra la red. No se había tratado ni mucho menos de un golpe imposible de devolver; si me la hubiera lanzado así diez veces, en nueve no habría habido ningún problema. Incluso habría podido responder con un golpe ganador. Pero tenía el brazo rígido, había perdido el ritmo y todo yo estaba descolocado. En vez de acompañar con convicción el movimiento del golpe, las piernas se me habían inmovilizado en el sitio, hechas un manojo de nervios.
Íbamos 5-4 y le tocaba sacar a él. La iniciativa era ahora de Federer. Su primer servicio fue genial, abierto, hacia mi derecha. Resté con un zarpazo corto y me clavó un golpe ganador. Pensé: «La he pifiado. Pero vamos 5-5 y todavía estoy en el tiebreak. Si gano un punto, este punto, estaré a uno de partido para ser campeón de Wimbledon. Igual la cago, pero voy a conseguir este punto.» Ah, pero Federer repitió entonces otro saque fenomenal y yo me vi casi perdido. Ahora era él quien tenía el punto de set y yo, quien servía. De pronto ya no estaba tan nervioso, tan preocupado por hacer doble falta. Me había apartado del precipicio. El miedo a ganar se había esfumado, me encontraba en una situación menos cómoda pero a la que estaba más acostumbrado: peleando para salvar el set. Estrellé el primer servicio en la red, pero ya no pensaba en la doble falta. Mi segundo saque fue un golpe decente y entablamos un largo peloteo en el que castigué su revés. Le envié un pelotazo abierto hacia su derecha, aunque algo corto, y allí vio él su oportunidad. Buscó una derecha ganadora y se le fue.
Volvimos a cambiar de lado. Como siempre, Federer se colocó en su sitio antes que yo. Yo tenía que secarme con la toalla, dar mis tragos de agua a las dos botellas. Luego me acerqué al trote a la línea de fondo. Conseguí por fin un primer servicio perfecto y nos enfrascamos en un fuerte peloteo en el que ambos golpeábamos con dureza y en profundidad, en su caso, en cierto momento, con demasiada profundidad. (...) Ahora yo tenía el punto de partido y servía él. Pero respondió como el gran campeón que es y me encajó otro de sus imparables servicios. Íbamos 7-7 y el punto que siguió fue increíble. Fue mío. Tras un segundo saque en profundidad intercambiamos un par de golpes, me cañoneó con una derecha abierta y profunda hacia mi derecha, corrí por detrás de la línea de fondo, él se lanzó hacia la red y lo sobrepasé con un golpe bajo y paralelo. Un buen trallazo.
Volvía a estar con un punto de partido y por entonces era otra vez dueño de mis nervios. Pensé que merecía encontrarme donde me encontraba y que estaba a un paso de conquistar Wimbledon. Qué bobo. Realmente muy bobo. Fue uno de los pocos, poquísimos momentos de mi carrera en que pensé que había ganado antes de ganar. La emoción pudo más que yo y olvidé la regla de oro que hay que obedecer en tenis más que en cualquier otro deporte: que nada termina hasta que se acaba.
El marcador decía 8-7 y yo tenía punto de partido y el servicio. Hice exactamente lo que tenía que hacer, sacar abierto hacia su revés. Su resto se le quedó corto, a mitad de pista, y entonces, exactamente entonces, fue cuando, por primera vez en mi vida profesional, al acercarme para golpear la bola, antes de tocarla, me sentí pletórico y con la eufórica certeza de que la victoria era mía. Le envié una derecha hacia su revés y corrí a la red, creyendo que iba a fallar o a devolverme la pelota con un golpe flojo y que yo lo machacaría sin problemas. No fue así. Me endosó un revés sensacional en paralelo al que no llegué. He repasado ese punto en mi cabeza muchísimas veces. Lo tengo grabado en el vídeo de la memoria.
¿Qué otra cosa habría podido hacer? Tal vez golpear la pelota con más fuerza y profundidad, o enviarla hacia su derecha. Pero ni siquiera ahora creo que esto último hubiera sido lo indicado. (...) Para ser justos, propinó un golpe realmente fantástico en un momento en que tenía sobre sí una gran presión. En el punto anterior yo había dado el mejor golpe del partido y él había respondido de inmediato con otro equivalente. Sólo más tarde, cuando todo terminó, fui capaz de reflexionar y concluir que aquella final de Wimbledon fue especial a causa de momentos como los descritos, que fueron los más dramáticos.
Aquel golpe ganador le dio un subidón. Me hizo sudar la gota gorda en el punto siguiente, pues golpeó con una confianza terrible y ganó con una derecha cruzada a la que ni siquiera llegué. Estábamos 9-8 en el tiebreak y él servía. Su primer pelotazo botó fuera del cuadro de saque y gran parte del público lanzó un «¡Aaaah!» de decepción muy poco frecuente. No querían que terminara el partido, querían un quinto set. Y lo tuvieron. Mi resto a su segundo servicio también salió fuera y fue entonces cuando de verdad quedamos igualados. Dos sets a dos, a todos los efectos 0 iguales."
Se sorteó el cuadro de Wimbledon y, nuevamente, la parte superior será compartida por Novak Djokovic y Roger Federer y la parte inferior contará con Andy Murray y Rafael Nadal.
Novak Djokovic comenzará su defensa del título contra Juan Carlos Ferrero, ex campeón de Roland Garros y número 1 del mundo en 2003, en un posiblemente incómodo primer juego. A su vez, Roger Federer debutará frente al español Albert Ramos en la búsqueda de su séptimo Wimbledon. Junto con ellos en la parte superior del draw estarán los argentinos Juan Mónaco y Leonardo Mayer, que serán rivales en primera ronda, Juan Ignacio Chela, Carlos Berlocq y David Nalbandian. El cordobés tendrá como oponente inicial al octavo precasiflicado, Janko Tipsarevic, debido a que no pudo ingresar con un ránking lo suficientemente alto como para evitar rivales de talla en las primeras rondas. La descalificación que sufrió en la final de Queen´s la última semana ocasionó que no se le computaran los puntos de ese torneo, con los que hubiera logrado sortear esta situación. De todos modos, el historial es favorable a Nalbandian por 2 a 1 y no sería sorprendente verlo llegar a la segunda semana. Por otra parte, el checo Tomas Berdych, número 6 de la clasificación y finalista de este torneo en 2010, asoma como otro animador de este sector de la grilla y podría cruzarse con Djokovic en cuartos de final.
En el cuadro inferior, Rafael Nadal abrirá su torneo frente al zurdo brasileño Thomas Bellucci, y, en caso de ganar, podría enfrentarse al croata Ivan Dodig quien fuera su verdugo en Montreal al año pasado. Su camino podría también cruzarse con alguno de los alemanes Tommy Haas, campeón reciente en Halle (ver Verdes Sorpresas) o Philipp Kohlschreiber, quien venciera al español en el mismo torneo la semana pasada. En el lejano horizonte de los cuartos de final podría asomar el temible Jo-Wilfried Tsonga, quien debutará frente a Lleyton Hewitt. Por su parte, el escocés Andy Murray tendrá, a priori, la porción más dura del draw. Con Nikolay Davydenko, no tan antiguo ex 3 del mundo, como primer escollo, intentará abrirse camino para ganar su primer grand slam y en su casa, donde desde 1936 (Fred Perry) no celebra un británico. Juan Martín Del Potro, el mejor argentino del momento, empezará el recorrido enfrentando al duro holandés Robin Haase y podría verselas con David Ferrer en unos supuestos octavos de final. El canadiense Milos Raonic, la sensación del circuito, también estará en esta área del cuadro poniendo primera frente a Santiago Giraldo.
Se aproxima un torneo apasionante que promete partidos intensos desde las primeras jornadas. La ceremonia más importante del tenis está a punto de comenzar. ¿Quién se quedará con la gloria y escribirá su nombre en el eterno trofeo?
Wimbledon se vestirá de gala para presenciar la batalla por el número 1 del ránking que disputarán sobre el legendario césped, Novak Djokovic, Rafael Nadal y Roger Federer. El serbio, dueño del primer puesto desde su victoria en la última edición de este torneo, deberá acceder a la final si quiere conservar su trono. De esa manera se asegurará que nadie pueda incomodarlo por lo menos hasta el US Open.
Quien más posibilidades tiene de desplazarlo es el interminable Roger Federer. El máximo ganador de grand slams defiende cuartos de final (Tsonga lo eliminó el año anterior levantando un 0-2 en sets) y si logra quedarse con el torneo y Novak Djokovic no supera las semifinales, será rey nuevamente. De acuerdo al nivel que caracteriza al suizo sumado a la comodidad que le brinda la velocidad de la superficie, no es imposible pensar en un Federer campeón. Más aún considerando que ya ha ganado aquí 6 veces, siendo la última en 2009.
En tercer lugar, el flamante heptacampeón de Roland Garros, segundo de la clasificación, Rafael Nadal será número 1 si se consagra y si Djokovic no sortea la barrera de los cuartos de final, posibilidad que parece ciertamente más remota. El español, que ha ganado 2 veces en Londres, viene de superar al serbio en los últimos 3 enfrentamientos y llega en plenitud, más allá del traspié de Halle (ver "Verdes sorpresas"), con sed de revancha por la final perdida el año pasado. El cuadro presentado a continuación muestra las probables variaciones en los puntajes de los primeros 4 del ránking:
La antesala del tercer grand slam del año dejó sorpresas tanto en Queen´s como en Halle. El verde césped se hace lugar en los suelos de los courts y prepara a los jugadores y a los fanáticos para Wimbledon, que comenzará el próximo 25 de junio, y para los Juegos Olímpicos, que se disputarán sobre idéntica superficie.
El ATP 250 de Queen´s, jugado en Londres, contó con las participaciones estelares de su campeón defensor Andy Murray, cuarto del ránking como primer preclasificado, y del francés Jo-Wilfried Tsonga, quinto, como el número 2. Sin embargo, el británico no pudo superar a Nicolas Mahut en la segunda ronda y Tsonga se vio eliminado por Ivan Dodig en los octavos de final. Ambos desempeños por debajo de lo esperado. Para sorpresa de muchos, el partido definitivo se disputó entre David Nalbandian y Marin Cilic quien se quedó con la victoria después de la harto difundida descalificación del argentino por patear un cartel publicitario y lastimar a un juez de línea. Más allá de los rumores y a pesar de las multas y sanciones, finalmente Nalbandian podrá estar presente en Wimbledon.
Mientras tanto, en Halle, Alemania, Rafael Nadal y Roger Federer encabezaban el cuadro y la expectativa creció tanto como se merece la presencia de ambos jugadores. Pero el clásico contemporáneo más importante del tenis no pudo repetirse porque Philipp Kohlschreiber (campeón en Halle 2011), venció al español por 6-3 y 6-4 en los octavos de final. Por su parte, Federer alcanzó la final y, aunque todos los pronósticos daban al ex número 1 como favorito, cayó en manos del local Tommy Haas por 7-6 y 6-4. El alemán volvió a coronarse en un título ATP después de 3 años cuando venció a Djokovic en la final de este mismo torneo.
A pocos días de comenzar Wimbledon parece que aún los grandes animadores del circuito no han encontrado su más alto nivel. Novak Djokovic, defensor del codiciado trofeo, prefirió descansar después de la final de Roland Garros y ha decidido no participar de los torneos previos. De todos modos, está demostrado que los grandes jugadores pocas veces fallan en los grand slams.
Rafael Nadal pudo despertar de la pesadilla Novak Djokovic. Despúes de perder 7 finales seguidas entre 2011 y 2012, incluidas 3 de grand slams (Wimbledon ´11, Us Open ´11 y Australian Open ´12) el español logró sobreponerse en los últimos tres enfrentamientos, todos sobre polvo de ladrillo. Monte-Carlo, Roma y ahora, Roland Garros. En su superficie predilecta, Rafa parece haber encontrado una solución al serbio problema. Vale destacar aquel partido en la final de Monte-Carlo en el que el español pudo superarlo después de una interminable secuencia de derrotas consecutivas e inapelables. Ese encuentro al cual Novak llegó apagado por la muerte de su cercano abuelo, significó una visagra para Nadal. En Roma se volvieron a encontrar en el partido definitivo y, en sets corridos, Rafa se quedó nuevamente con la final.
Roland Garros era diferente. Los torneos grandes son especiales, y los 5 sets son una historia distinta. Con una estadística que indicaba que las últimas 3 finales de grand slams habían sido disputadas entre el 1 y el 2 del mundo y que en todas la alegría había sido serbia, la final en París significaba una prueba de fuego para el español. El estadio Philippe Chatrier o "el patio de la casa" de Nadal fue testigo de una nueva victoria del mannacorí. Haber logrado sobreponerse pinta un nuevo paisaje para lo que sigue. Es indudable que el nuevo duelo en el mundo tenis es entre estos dos jugadores. Con un Fereder y un Murray que se encuentran hoy algunos escalones debajo, la previa para Wimbledon anticipa otra posible final entre Nadal y Djokovic. ¿Podrá el nuevo antídoto que parece haber encontrado Rafa funcionar sobre el pasto de la Catedral o el suelo de Flushing Meadows o Nole volverá a levantarse y mantener sus títulos? Proximamente en las mejores salas del circuito ATP.
Rafael Nadal derrotó a Novak Djokovic en la final de Roland Garros y obtuvo su séptimo título en París, lo que lo convierte en el máximo ganador de este torneo.
El español número 2 del mundo llegaba a la final con una actuación perfecta a lo largo del certamen. Sin ceder un set, había superado con facilidad a cada rival incluyendo a su compatriota David Ferrer en seminifinales, por un sorprendente 6-2 6-2 y 6-1. En frente, el serbio había derrotado a Roger Federer por 6-4 7-5 y 6-3 en su mejor partido de las dos semanas. Tras exigentes encuentros contra Andreas Seppi, a quien derrotó en 5 sets y Jo-Wilfried Tsonga contra quien logró sobreponserse a 4 match points, Djokovic parecía haber encontrado su juego en la semifinal.
El partido comenzó con un Nadal insuperable que se quedó con los 3 primeros games con rapidez. Sin embargo, el número uno pudo emparejar el juego e igualar el marcador aunque sin mucho éxito ya que el primer parcial cayó para el lado del español por 6-4. Una constante garúa acompañó a los jugadores durante todo el desarrollo de la final y provocó que de a poco las pelotas y la cancha, cada vez más húmedas, modificaran el juego natural. De todos modos, el segundo set continuó con la misma tendencia. Nadal logró ponerse 5-3 arriba y luego de un parate de 15 minutos por la incesante llovizna, cerró el set.
Parecía todo terminado. Con un Djokovic nervioso y frustrado que exteriorizó su bronca arrojando su raqueta y golpeando su banco, todo indicaba que el número 1 no tendría vuelta atrás. El trabajo de hormiga de Nadal surtía efecto, la cabeza del serbio comenzaba a flaquear y para profundizar esa sensación, el tercer set empezó 2 a 0 y saque para el español. Sin embargo, como en cada final entre estos dos gladiadores versión siglo XXI aún faltaba un largo trecho para culminar. El número 1 sacó a relucir su orgullo y su mejor tenis. Como si repentinamente hubiera entendido que ya no tenía sentido continuar con su plan de juego, el serbio exhibió los más espectaculares golpes de su repertorio con los que le robó 8 games consecutivos al mismísimo Rafael Nadal, el rey del polvo, el rey de París. Consiguió llevarse el tercer set por 6-2. La sensación se revirtió y de repente parecía verse al español contra las cuerdas. Más aún cuando el cuarto set inció con un marcador de 2 a 0 a favor del 1. Rafa pudo cortar la racha negativa al sostener su saque y lograr el 1-2, pero la lluvia finalmente ganó la parada. Con las pelotas como piedras y una pista cada vez menos sensible a las patinadas, las autoridades del torneo detuvieron el juego hasta el día siguiente.
En la reanudación, (después de 39 años de una definición postergada) con condiciones regulares, el partido volvió a emparejarse y Nadal quebró de entrada el saque de un frío Djokovic para dejar el 2 a 2 en la grilla. Todo lo que siguió fue tensión, un duelo parejo en el que cada uno sostuvo su servicio hasta el game número 12, en el que Djokovic no pudo más y sentenció el final con una doble falta que disparó a Nadal al salón de las grandes estrellas del deporte. 7-5 en el cuarto y celebración para el español. Con 7 Roland Garros se eleva como el hombre que más veces obtuvo este prestigioso torneo dejando atrás al sueco Bjon Borg. Alcanza el onceavo grand slam en su carrera por los 16 de Roger Federer. Simplemente Rafael Nadal, la leyenda.
La historia de Carlos
Graneri, periodista egresado de TEA en 1992, no sea quizás la tradicional
secuencia que se acostumbra a escuchar. Sin la posibilidad de ingresar en el
circuito comunicacional de los diarios y las revistas una vez finalizados sus
estudios, la vida lo llevó hacia nuevas fronteras. Colombia. En la tierra del
café, Graneri dejó descansar, por un tiempo, su sed periodística. Las
necesidades lo empujaron hacia otras actividades para mantener a su familia,
aunque nunca pudieron alejarlo por completo de su vocación.
Además del
buen café,
en aquel atrapante país se juega hasta hoy a la denominada
“chaza”. Este deporte es una práctica antigua creada por los pueblos
originarios, similar al tenis. Se delimita una superficie de 9 metros
por 100 metros dividida a la
mitad por una línea análoga a la red de hoy. Con raquetas de madera, el
objetivo es pasar la pelota del otro lado, aunque con la diferencia de
que se
juega en equipos de 5. Este antepasado latinoamericano del tenis
lleva el
viaje de vuelta a Graneri. Después de 5 años, el periodista regresó a la
Argentina con
intenciones de explotar su cada vez más impostergable faceta de
investigación y
su interés en los pueblos originarios lo llevó por todo el país
recolectando
material de las comunidades sobrevivientes. “No era un tema muy
explotado, y el
conflicto es mundial” analiza Graneri, a la
distancia, los motivos que lo
llevaron por ese camino. Sin embargo, no recibió respaldo de ninguna
editorial
para publicar su material.
Cansado de buscar apoyo, decidió comenzar un
blog y
una página de Internet www.delorigen.com.ar en donde plasmar sus escritos e indagaciones. “Nunca se ha tenido
realmente
en cuenta a estos pueblos. Sirven para una foto pero nada más, no se les
respeta la lucha por las tierras” denuncia el periodista. La chaza no es
más
que un ejemplo de las muchas similitudes que unen a los habitantes
originales
de las tierras americanas con los que las habitan hoy, aunque la lenta
desaparición asistida por la ausencia de intención del poder a lo largo
de la
historia agrande cada vez más la brecha entre las dos culturas. “Es
positivo
que en las escuelas se hayan comenzado a cuestionar los roles de Colón y de Roca,
que de a poco pasan de héroes a genocidas” reconoce el especialista.
Material
que invita a la reflexión.
En otra cara de este
multifacético personaje se encuentra la pasión por Racing Club de Avellaneda,
al cual le dedicó un libro de entrevistas con reconocidos hinchas, jugadores y
personas relacionadas al club al que tituló Mozart
y Corbatta; y una anotología de cuentos, Avellaneda tiene un precio especial, también relacionada con el
club celeste y blanco.
David Nalbandian fue eliminado en la primera ronda de Roland Garros por primera vez en su carrera, al caer frente al rumano Ungur por 6-3 5-7 6-4 y 7-5. Luego de 4 años, el siempre exitoso en los torneos grandes regresaba al Abierto de Francia pero su visita fue inseperadamente corta.
El cordobés se mostró muy molesto durante un partido al que no pudo encontrarle la vuelta. Lejos quedó la Copa Davis 2011 en la que sobre la misma superficie en Parque Roque, Nalbandian pudo, desgarrado, derrotar al rumano. "Año tras año me cuesta más" reconoció en una conferencia de prensa gris que preocupó a sus seguidores y a los argentinos que sueñan con la Davis de este año. El unquillense es el emblema del equipo, el jugador más querido por los hinchas, el que arriesga su físico cuando defiende a su país postergando, muchas veces, el circuito individual pero no se siente en plenitud según expresó: "Evidentemente no jugué un buen partido y tampoco me vengo sintiendo del
todo bien. Sufro altibajos, voy y vengo en los partidos, no puedo
encontrar una explicación puntual, pero tampoco vengo ganando muchos
partidos en todo el año”. Peligraba también su participación en los Juegos Olímpicos de Londres, pero la derrota de Juan Ignacio Chela frente a Baghdatis decidió que finalmente será parte de los representantes argentinos junto con Del Potro, Mónaco y seguramente Berlocq.
Lo que sigue en el circuito para David, es el torneo de Queen´s y luego Wimbledon, donde fue finalista en 2002. Separada se considera la sana obsesión por la Davis a la que no querrá faltar de ninguna manera en septiembre frente a República Checa.
Rafael Nadal se consagró campeón del Masters 1000 de Roma al vencer en la final al número 1 del mundo, Novak Djokovic por 7-5 y 6-3 y recuperó el segundo puesto del ránking que había quedado para Roger Federer después de Madrid.
El español tuvo una semana perfecta en la que pudo superar el traspié en la tierra azul de Madrid. Pudo festejar, sin ceder un set, en el regreso al polvo de ladrillo tradicional de Roma, donde ya había ganado 5 veces. Su rival en el partido desicivo fue su pesadilla, Novak Djokovic, que el año pasado lo había vencido en la misma instancia de este torneo en sets corridos, con facilidad. Esta vez y repitiendo lo sucedido en Monte Carlo, el de Mannacor pudo dominarlo y a través de una derecha más insiciva de lo normal, llevarse el partido en 2 parciales.
Difícil es analizar desde la lejanía cuáles pueden ser las sensaciones de el español que de a poco parece estar encontrando el camino para poder revertir las 7 derrotas consecutivas que llevaba frente al serbio. No es simple en la soledad total que impone el tenis, enfrentarse una y otra vez contra la misma derrota. Pero la final disputada en Monte Carlo toma valor y es prueba de lo determinante que puede resultar la confianza para un jugador. En esa final Nole llegaba golpeado por el fallecimiento de su abuelo y perdió por 6-3 y 6-1 en un partido en el que se notó durante la hora y poco más que se jugó que no tenía con qué enfrentar la prueba emocional que le significaba el partido. Cualquiera podría haber pensado que fue simplemente una victoria "viciada", condicionada, que dificilmente influyera en el historial que traían. Pero, por lo visto en la final de Roma, puede sentirse un cambio en Nadal, una sensación en su juego, en su mirada, en su confianza que parece decir "ahora sé que puedo ganarte". Es verdad que ambos partidos se dieron en la superficie que mejor le sienta al español, en la que para muchos es el mejor de la historia, pero no hay que olvidar que durante 2011 perdió las 2 finales que jugó sobre polvo contra Djokovic, en sets corridos. Nada descarta que el número 1 se levante y le gane otros 7 partidos consecutivos, pero ciertamente se ha emparejado el duelo.
De cara a Roland Garros, el ránking volvió a acomodarse a favor de Nadal que llegará como preclasificado número 2 y no tendrá que cruzarse ni con Federer ni con Djokovic hasta una posible final. El español busca, nada más y nada menos que su séptimo torneo en París y su grand slam número 11. Parece llegar entonado, en un buen momento, pero tiene la presión de defender el título. Con intenciones de destronarlo en Roland Garros, estarán Federer, Djokovic quien intentará conseguir su cuarto grand slam consecutivo, y compañía. Dato: en las últimas 3 finales de grand slam, Djokovic derrotó a Nadal. En Roland Garros 2011, el serbio perdió en semifinales frente a Federer pero Nadal lo venció y se quedó con el título.
La nueva era comunicacional, con las redes sociales como punta de lanza, ha dado en muy poco tiempo un vuelco imprevisto y estructural en las relaciones entre la prensa, los protagonistas y sus seguidores. Las posibilidades que brindan herramientas como Facebook, Twitter o los blogs son tan amplias que el antiguo rol del periodista intermediario entre el deportista y su seguidor está obsoleto. El director de deporTEA Jorge Búsico planteó esta visión en el marco de una charla con estudiantes de periodismo de segundo año. Después de ser parte de un diario líder por 12 años, se vio obligado a abandonar su puesto, pero quiso, de todas maneras, continuar escribiendo sus características columnas de rugby por lo que comenzó un blog que hoy cuenta con 1.500 seguidores habituales. “Yo era de los que estaban en contra de la tecnología y perdí mucho tiempo” reconoció el ahora usuario de Twitter y Facebook.
Las infinitas ventajas que brindan estas nuevas redes significan una nueva ventana laboral para los periodistas, y Búsico vaticina que en poco tiempo serán redituables económicamente. A partir de la inminente caída de los diarios de papel que no pueden competir contra la inmediatez de los digitales, el destino de los inversionistas del mundo de la publicidad se está moviendo lentamente hacia otras fronteras. Internet y más precisamente las redes sociales son el blanco del futuro.
“El poder trabajar libre, al tiempo de cada uno, con total libertad es impagable” sostuvo el encargado de www.periodismo-rugby.com.ar. Sin embargo, no todo es tan simple. Los cambios de paradigma significan grandes movimientos en todos los aspectos. Según Búsico, el lado B de este proceso está en que los deportistas han logrado, a su vez, obtener acceso directo a su público. En el mundo del tenis, jugadores como Nadal, Federer, o los argentinos Mónaco y Delbonis hoy eligen las redes para comunicarse directamente con sus fanáticos. Ya sea a través de Facebook, Twitter o ambos ya no necesitan a un intermediario que los entreviste para hacerles llegar las palabras a los seguidores y esto significa una reacomodación del lugar del periodista. Un nuevo mundo se abre mientras se va cerrando el conocido circuito tradicional de trabajo en los diarios y revistas en el que comenzó su larga carrera el especialista en rugby. Entregó el ejemplo de los nuevos jefes de prensa de los deportistas que se encargan de mantener la imagen de los protagonistas y que hubieran sido impensados años atrás cuando los jefes de prensa solo se encontraban en los diarios. Los medios están perdiendo ese privilegiado lugar que tenían, justamente, en el medio de la escena. Aquellos que logren acomodarse al nuevo marco podrán salir airosos y señalar la dirección a la que deberán apuntar los nuevos periodistas.
Novak Djokovic, número 1 del mundo, perdió contra su compatriota Janko Tipsarevic por 7-6 y 6-3 en los cuartos de final del Masters 1000 de Madrid y no podrá defender el título obtenido el año pasado.
Le había tocado a Nadal ayer en la derrota frente a Verdasco y hoy, a Djokovic. El número 2 y el número 1 respectivamente se despidieron rápidamente de la tierra azul de la Caja Mágica. Después de las fuertes declaraciones del español que aseguró que si la situación de la superficie no cambiaba para el año próximo, él no volvería, Novak Djokovic continuó con la misma línea. El serbio amenazó de igual manera, y criticó fuertemente a la ATP por haber aprobado los cambios: "Vinimos y no sabíamos qué esperar porque la mayoría no probamos esta
superficie. Me llevó una semana adaptarme a esta pista. Tratar la forma
de ganar aquí. Pero la verdad es que solo tengo ganas de volver a la
verdadera tierra porque esto no es tierra. Es algo totalmente diferente.
Si querían probar han fallado. No sé qué pasará en el futuro y solo
espero que la ATP considere lo que sentimos y queremos hacer, porque si
la ATP tiene alguna intención de proteger a los jugadores y que los
apoye no habrá forma de que Madrid mantenga la pista azul". Aseveró que la superficie no tiene agarre y es peligrosa para los tenistas que tienen que hacer un esfuerzo mayor por no patinar lo que podría provocar severas lesiones. De todos modos, felicitó a Tipsarevic por su nivel y por la victoria y reconoció que en los momentos decisivos lanzó sus mejores golpes motivo que marcó la principal diferencia.
Por su parte Janko Tipsarevic, aún en el éxito, apoyó al número 1 y explicó de manera muy simple y precisa las derrotas de los dos mejores jugadores del planeta: "En esta superficie no se puede defender, es muy difícil hacerlo, y Nadal y Djokovic son los mejores defensores".
El turno posterior presentó a un sólido Roger Federer que con un dolbe 6-4, venció a David Ferrer para dejar el torneo de Madrid sin españoles. El camino parece allanarse para el suizo que si logra obtener el título será 2 del mundo la semana próxima.
Juan Martín Del Potro también pudo superar a un agotado Alexandr Dolgopolov por 6-3 y 6-4 y Berdych borró rápidamente la sonrisa de Verdasco con un aplastante 6-1 6-2.
Las semifinales serán entonces, Federer-Tipsarevic y Del Potro-Berdych. Al observar a los sobrevivientes, parecen aún más acertadas las explicaciones de Tipsarevic ya que los 4 son de ataques sólidos y rara vez se apoyan en su defensa para ganar.
Verdasco celebra su primera victoria frente a Nadal en 13 partidos
El rey del polvo de ladrillo, Rafael Nadal, no pudo con su compatriota Fernando Verdasco en la azulada tierra de Madrid. El número 2 del mundo que venía de adjudicarse los torneos de Monte Carlo y Barcelona, fue derrotado por 6-3 3-6 y 7-5 luego de haber estado 5-2 arriba y con su saque en el tercer set. El partido fue, desde el principio, diferente a los duelos anteriores entre estos jugadores, que hasta aquí, mostraban un rotundo 12 a 0 a favor de Nadal. Con su característico ataque irregular, Verdasco fue por todo en el primer set y pudo quebrar rápidamente el saque rival. La imbatible defensa sólida de Nadal se vio perjudicada por la pista que al parecer, según la sistemática queja de varios jugadores, no tiene el mismo agarre que el polvo de ladrillo tradicional, lo que provoca que las patinadas se alarguen y sea mas complicado el retorno a la posoción inicial. Con una exigencia mayor de la cadera para intentar cambiar las direcciones, la situación podría volverse perjudicial para ciertos jugadores. Sin embargo, el nivel de Verdasco se mantuvo lo suficientemente alto como para sostener ese quiebre y lograr el primer 6-3. El segundo tuvo un desarrollo similiar con la iniciativa siempre del lado del de Madrid pero con un Rafa más preciso en los momentos decisivos, lo que terminó inclinando el parcial para el 2 del mundo por 6-3. El tercero arrancó favorable para Nadal y todo parecía encaminarse a otra victoria, pero a pesar de tener la chance de sacar 5-2, el partido se le escapó entre el encordado. En el final, la tensión se devoró a la cabeza más fuerte del circuito a la que le pesaron mucho las oportunidades desperdiciadas y así, el otro español pudo festejar con llanto incluido.
No debería caérsele a la superficie, aunque es imposible ignorar los avisos de los jugadores que desde hace días sostienen que la tierra no tiene agarre y perjudica el juego. La primer víctima de peso fue, nada mas y nada menos, que Rafael Nadal quien ostenta el mejor promedio de victorias de la historia en polvo de ladrillo (naranja). Sería injusto no reconocer el trabajo de Verdasco, que jugó un gran partido como el mismo Nadal reconoció en sus declaraciones post-partido, pero es ineludible la incidencia del nuevo suelo. En la rueda de prensa, el nº2 advirtió que si esta situación no se modifica para el año siguiente, no participará de este Masters1000. Sin embargo, felicitó a su compatriota y aclaró que la culpa es de él por no haber podido adaptarse mejor a la superficie. "Me voy con la cadera cansada, no quiero tomar riesgos" fue la textual justificación para su posible ausencia en próximas ediciones. Ahora se acerca Roma y a la vuelta de la esquina, Roland Garros. Nadal no perdió sólo un partido, sino también 510 puntos del ranking, lo que le da la chance a Roger Federer, quien aplastó a Gasquet y avanzó a cuartos, de acercarse peligrosamente a la posición de nº2. Nada es seguro aún, pero será importante el cuadro definitorio para el Grand Slam de París que, en caso de que Rafa quedara tercero, podría tener una semifinal del español contra el nº1 del mundo, Novak Djokovic, después de mucho tiempo.
Por su parte Del Potro venció al croata Marin Cilic con comodidad y jugará frente al ucraniano Dolgopolov. A priori, el camino se le allanó ya que no tendrá que enfrentarse a Nadal para llegar hasta la final. Los otros cuartos serán Djokovic-Tipsarevic, Federer-Ferrer, y Berdych-Verdasco.
Se acerca el cierre de la polémica cometencia de Madrid, quién podrá vencer a la superficie azul y levantar el trofeo?
El crack español se despide temprano del polvo azul de Madrid
En el centro del mundo tenis se encuentra, desde hace unos días, el cambio de color de la superficie del Masters 1000 Madrid. El polvo de ladrillo azul desarrollado por Ion Tiriac, ex jugador y organizador del torneo, ha cumplido exactamente con su propósito. La estrategia de marketing fue exitosa a tal punto que no hubo una sola persona de deporte que no se enterara y opinara sobre el asunto. El rumano ya había intentado darle varios giros al torneo como por ejemplo en el 2004, año en que surgió la idea de un casting de modelos para que alcancen las pelotas. Es seguro que al final del año, si se les preguntara a los seguidores de tenis de todo el planeta ¿cuál de los 9 Masters 1000 es el que más recuerda? Se les vendrá automáticamente a la cabeza Madrid y su azul innovación.
Esta movida, sin embargo, nunca hubiera alcanzado su cometido sin la fundamental participación de los grandes tenistas. El rotundo rechazo que cosechó esta decisión en los siempre complicados jugadores del circuito le agregó a la contienda el picante que le faltaba. Nuevamente, los jugadores en una vereda y el poder en la otra. Nadal, Federer, Djokovic y también Murray (ausente en el torneo), los cuatro mejores jugadores de la actualidad, se declararon, con diferente intensidad, uno por uno en contra de la renovada superficie elevando el tema al nivel de conflicto mundial.
Sólo queda esperar a ver qué consecuencias traerá al juego, si es que las hay, e imaginar a Tiriac, otra vez, disfrutando de organizar el torneo de tenis más comentado del mundo.