martes, 5 de junio de 2012

El tenis y la chaza, no (somos) tan distintos.

Por Giuliano Delle Chiaie

 La historia de Carlos Graneri, periodista egresado de TEA en 1992, no sea quizás la tradicional secuencia que se acostumbra a escuchar. Sin la posibilidad de ingresar en el circuito comunicacional de los diarios y las revistas una vez finalizados sus estudios, la vida lo llevó hacia nuevas fronteras. Colombia. En la tierra del café, Graneri dejó descansar, por un tiempo, su sed periodística. Las necesidades lo empujaron hacia otras actividades para mantener a su familia, aunque nunca pudieron alejarlo por completo de su vocación.
 Además del buen café, en aquel atrapante país se juega hasta hoy a la denominada “chaza”. Este deporte es una práctica antigua creada por los pueblos originarios, similar al tenis. Se delimita una superficie de 9 metros por 100 metros dividida a la mitad por una línea análoga a la red de hoy. Con raquetas de madera, el objetivo es pasar la pelota del otro lado, aunque con la diferencia de que se juega en equipos de 5. Este antepasado latinoamericano del tenis lleva el viaje de vuelta a Graneri. Después de 5 años, el periodista regresó a la Argentina con intenciones de explotar su cada vez más impostergable faceta de investigación y su interés en los pueblos originarios lo llevó por todo el país recolectando material de las comunidades sobrevivientes. “No era un tema muy explotado, y el conflicto es mundial” analiza Graneri, a la distancia, los motivos que lo llevaron por ese camino. Sin embargo, no recibió respaldo de ninguna editorial para publicar su material.
 Cansado de buscar apoyo, decidió comenzar un blog y una página de Internet www.delorigen.com.ar en donde plasmar sus escritos e indagaciones. “Nunca se ha tenido realmente en cuenta a estos pueblos. Sirven para una foto pero nada más, no se les respeta la lucha por las tierras” denuncia el periodista. La chaza no es más que un ejemplo de las muchas similitudes que unen a los habitantes originales de las tierras americanas con los que las habitan hoy, aunque la lenta desaparición asistida por la ausencia de intención del poder a lo largo de la historia agrande cada vez más la brecha entre las dos culturas. “Es positivo que en las escuelas se hayan comenzado a cuestionar los roles de Colón y de Roca, que de a poco pasan de héroes a genocidas” reconoce el especialista. Material que invita a la reflexión.
 En otra cara de este multifacético personaje se encuentra la pasión por Racing Club de Avellaneda, al cual le dedicó un libro de entrevistas con reconocidos hinchas, jugadores y personas relacionadas al club al que tituló Mozart y Corbatta; y una anotología de cuentos, Avellaneda tiene un precio especial, también relacionada con el club celeste y blanco. 

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