Por Giuliano Delle Chiaie
Rafael Nadal derrotó a Novak Djokovic en la final de Roland Garros y obtuvo su séptimo título en París, lo que lo convierte en el máximo ganador de este torneo.
El español número 2 del mundo llegaba a la final con una actuación perfecta a lo largo del certamen. Sin ceder un set, había superado con facilidad a cada rival incluyendo a su compatriota David Ferrer en seminifinales, por un sorprendente 6-2 6-2 y 6-1. En frente, el serbio había derrotado a Roger Federer por 6-4 7-5 y 6-3 en su mejor partido de las dos semanas. Tras exigentes encuentros contra Andreas Seppi, a quien derrotó en 5 sets y Jo-Wilfried Tsonga contra quien logró sobreponserse a 4 match points, Djokovic parecía haber encontrado su juego en la semifinal.
El partido comenzó con un Nadal insuperable que se quedó con los 3 primeros games con rapidez. Sin embargo, el número uno pudo emparejar el juego e igualar el marcador aunque sin mucho éxito ya que el primer parcial cayó para el lado del español por 6-4. Una constante garúa acompañó a los jugadores durante todo el desarrollo de la final y provocó que de a poco las pelotas y la cancha, cada vez más húmedas, modificaran el juego natural. De todos modos, el segundo set continuó con la misma tendencia. Nadal logró ponerse 5-3 arriba y luego de un parate de 15 minutos por la incesante llovizna, cerró el set.
Parecía todo terminado. Con un Djokovic nervioso y frustrado que exteriorizó su bronca arrojando su raqueta y golpeando su banco, todo indicaba que el número 1 no tendría vuelta atrás. El trabajo de hormiga de Nadal surtía efecto, la cabeza del serbio comenzaba a flaquear y para profundizar esa sensación, el tercer set empezó 2 a 0 y saque para el español. Sin embargo, como en cada final entre estos dos gladiadores versión siglo XXI aún faltaba un largo trecho para culminar. El número 1 sacó a relucir su orgullo y su mejor tenis. Como si repentinamente hubiera entendido que ya no tenía sentido continuar con su plan de juego, el serbio exhibió los más espectaculares golpes de su repertorio con los que le robó 8 games consecutivos al mismísimo Rafael Nadal, el rey del polvo, el rey de París. Consiguió llevarse el tercer set por 6-2. La sensación se revirtió y de repente parecía verse al español contra las cuerdas. Más aún cuando el cuarto set inció con un marcador de 2 a 0 a favor del 1. Rafa pudo cortar la racha negativa al sostener su saque y lograr el 1-2, pero la lluvia finalmente ganó la parada. Con las pelotas como piedras y una pista cada vez menos sensible a las patinadas, las autoridades del torneo detuvieron el juego hasta el día siguiente.
En la reanudación, (después de 39 años de una definición postergada) con condiciones regulares, el partido volvió a emparejarse y Nadal quebró de entrada el saque de un frío Djokovic para dejar el 2 a 2 en la grilla. Todo lo que siguió fue tensión, un duelo parejo en el que cada uno sostuvo su servicio hasta el game número 12, en el que Djokovic no pudo más y sentenció el final con una doble falta que disparó a Nadal al salón de las grandes estrellas del deporte. 7-5 en el cuarto y celebración para el español. Con 7 Roland Garros se eleva como el hombre que más veces obtuvo este prestigioso torneo dejando atrás al sueco Bjon Borg. Alcanza el onceavo grand slam en su carrera por los 16 de Roger Federer. Simplemente Rafael Nadal, la leyenda.
Rafael Nadal derrotó a Novak Djokovic en la final de Roland Garros y obtuvo su séptimo título en París, lo que lo convierte en el máximo ganador de este torneo.
El español número 2 del mundo llegaba a la final con una actuación perfecta a lo largo del certamen. Sin ceder un set, había superado con facilidad a cada rival incluyendo a su compatriota David Ferrer en seminifinales, por un sorprendente 6-2 6-2 y 6-1. En frente, el serbio había derrotado a Roger Federer por 6-4 7-5 y 6-3 en su mejor partido de las dos semanas. Tras exigentes encuentros contra Andreas Seppi, a quien derrotó en 5 sets y Jo-Wilfried Tsonga contra quien logró sobreponserse a 4 match points, Djokovic parecía haber encontrado su juego en la semifinal.
El partido comenzó con un Nadal insuperable que se quedó con los 3 primeros games con rapidez. Sin embargo, el número uno pudo emparejar el juego e igualar el marcador aunque sin mucho éxito ya que el primer parcial cayó para el lado del español por 6-4. Una constante garúa acompañó a los jugadores durante todo el desarrollo de la final y provocó que de a poco las pelotas y la cancha, cada vez más húmedas, modificaran el juego natural. De todos modos, el segundo set continuó con la misma tendencia. Nadal logró ponerse 5-3 arriba y luego de un parate de 15 minutos por la incesante llovizna, cerró el set.
Parecía todo terminado. Con un Djokovic nervioso y frustrado que exteriorizó su bronca arrojando su raqueta y golpeando su banco, todo indicaba que el número 1 no tendría vuelta atrás. El trabajo de hormiga de Nadal surtía efecto, la cabeza del serbio comenzaba a flaquear y para profundizar esa sensación, el tercer set empezó 2 a 0 y saque para el español. Sin embargo, como en cada final entre estos dos gladiadores versión siglo XXI aún faltaba un largo trecho para culminar. El número 1 sacó a relucir su orgullo y su mejor tenis. Como si repentinamente hubiera entendido que ya no tenía sentido continuar con su plan de juego, el serbio exhibió los más espectaculares golpes de su repertorio con los que le robó 8 games consecutivos al mismísimo Rafael Nadal, el rey del polvo, el rey de París. Consiguió llevarse el tercer set por 6-2. La sensación se revirtió y de repente parecía verse al español contra las cuerdas. Más aún cuando el cuarto set inció con un marcador de 2 a 0 a favor del 1. Rafa pudo cortar la racha negativa al sostener su saque y lograr el 1-2, pero la lluvia finalmente ganó la parada. Con las pelotas como piedras y una pista cada vez menos sensible a las patinadas, las autoridades del torneo detuvieron el juego hasta el día siguiente.
En la reanudación, (después de 39 años de una definición postergada) con condiciones regulares, el partido volvió a emparejarse y Nadal quebró de entrada el saque de un frío Djokovic para dejar el 2 a 2 en la grilla. Todo lo que siguió fue tensión, un duelo parejo en el que cada uno sostuvo su servicio hasta el game número 12, en el que Djokovic no pudo más y sentenció el final con una doble falta que disparó a Nadal al salón de las grandes estrellas del deporte. 7-5 en el cuarto y celebración para el español. Con 7 Roland Garros se eleva como el hombre que más veces obtuvo este prestigioso torneo dejando atrás al sueco Bjon Borg. Alcanza el onceavo grand slam en su carrera por los 16 de Roger Federer. Simplemente Rafael Nadal, la leyenda.

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